En el caso de que te propusieras perder peso de manera drástica, seguramente serías capaz de lograrlo de manera relativamente sencilla (sufrida, pero sencilla). El problema, el cual requiere de una guía coherente y profesional, es lo que ocurre tras haber adelgazado tanto en tan poco tiempo.
El efecto rebote es un fenómeno que ocurre tras la pérdida súbita de peso y consiste en la recuperación del mismo debido un cambio (o más bien a un problema con el cambio) metabólico.
¿Por qué sucede el efecto rebote?
El famoso efecto rebote se produce debido a una rápida pérdida de peso causada por un déficit muy agresivo. ¿Cómo ocurre esto? Sobre todo, cuando llevamos a cabo dietas demasiado restrictivas energéticamente hablando, lo que provoca que nuestro cuerpo no tenga la capacidad de crear células nuevas, reparar tejidos, et.
Es más, es tal el déficit que ni siquiera tiene energía para realizar sus funciones de forma adecuada, por lo tanto, la alternativa para obtener energía que le queda es movilizar «alimento» del propio organismo. Este alimento se sacará de la masa muscular y de la grasa.
¿Cuál es la clave para adelgazar de forma saludable?
Es lógico que, cuando buscamos conseguir una pérdida de peso considerable, que nos centremos en la alimentación, tratando de consumir productos milagro, dejando de comer grasas o carbohidratos, pero muchos se olvidan de un factor muy importante: El entrenamiento de fuerza.
El entrenamiento físico, o deporte, es esencial para preservar (incluso crear en determinados sujetos) masa muscular. El músculo se preserva, o crea, porque le estamos dando estímulo, y el cuerpo no es tonto. Si le das uso se conserva, así que la energía extra que le falta la moviliza principalmente de las grasas. Si no entrenamos, el cuerpo no sufre un estímulo y quema de ambas (llegando incluso a consumir más músculo que grasa).
Si la bajada de peso se realiza de esta forma, lo que ocurre es que nuestro cuerpo tiene muy poquita masa muscular. Tenéis que entender que la masa muscular es más termogénica (significa que quema más energía) que la masa grasa, lo que implica que nuestro metabolismo sea mayor con más masa muscular que con más masa grasa (a mismo peso).
Aquellas personas que realizan dietas muy restrictivas han adelgazado mucho y luego han tenido efecto rebote, esto es debido a que cada vez que adelgazan destruyen más masa muscular, y cuando vuelven a ganar peso este es básicamente compuesto por grasa. Al adelgazar otra vez, vuelven a perder grasa y más masa muscular, llevando a un metabolismo y composición corporal que empeora poco a poco.
¿Cómo frenar el efecto rebote?
Una de las claves para frenar el efecto rebote es estar en las manos de un profesional, en este caso un nutricionista, que te pueda orientar con unas pautas para lograr perder peso de la manera más sana y óptima posible.
A continuación os mencionamos tres trucos para comenzar tu camino hacia una pérdida de peso saludable:
- Déficit ligero (300-400 kcal/día).
- Entrenamiento de fuerza OBLIGATORIO, se puede complementar con cardio para aumentar el gasto diario.
- Descanso (para reparar mejor).
Existen casos de personas con un sobrepeso más avanzado, que quizás requiera el apoyo de un programa nutricional personalizado, o incluso de tratamientos efectivos de pérdida de peso como el balón gástrico, método POSE y la endomanga gástrica. En el caso de personas con un IMC por encima de 40, quizás requieran una cirugía bariátrica para comenzar a perder peso de forma progresiva.
En Clínica Londres disponemos de un equipo multidisciplinar en nuestra Unidad de Nutrición y Obesidad Avanzada, en la cual todos los tratamientos de pérdida de peso van acompañados de un seguimiento nutricional, estético y médico. El fin de esta unidad es acompañar al paciente al principio, durante y después del proceso de pérdida de peso, para asegurarnos de que esta sea realizada de forma saludable y no se pueda producir el temido efecto rebote, o efecto yo-yo).
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