Llevar un ritmo de vida frenético conlleva que el tiempo que se dedica a la cocina disminuya considerablemente. Hoy en día es habitual optar por opciones preparadas, comida rápida o platos que requieran poco tiempo de elaboración. Sin embargo, muchos no son conscientes de las alarmantes consecuencias negativas que puede tener no seguir una alimentación equilibrada.
La obesidad se ha convertido en una epidemia mundial. El número de personas que tienen un exceso de grasa corporal no para de crecer y con ello aumentan el número de patologías asociadas.
En Clínica Londres nos preocupamos por vuestro bienestar. Por eso, en este post os queremos enseñar una serie de hábitos para cuidar vuestra alimentación y, por consiguiente, vuestra salud.
10 hábitos para tener una alimentación equilibrada
Seguir una dieta saludable es más fácil de lo que parece. Introduciendo las siguientes recomendaciones dentro de vuestra rutina diaria podréis encontrar el equilibrio perfecto entre las calorías ingeridas y gastadas, asegurando el correcto funcionamiento del organismo.
Horarios de comida regulares
Establecer un horario fijo para las comidas principales puede ser más importante de lo que crees. Llevar la misma rutina enseña a tu cuerpo cuando es el momento de comer y evitarás sentir hambre entre horas. Así podrás saber cuando tienes apetito de verdad y cuando las señales de hambre provienen del aburrimiento o mala gestión del estrés.
5 comidas al día
Además de las comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) es recomendable incluir tentempiés o snacks a media mañana o como merienda. De esta manera nos mantenemos saciados durante todo el día, evitando llegar hambriento a la siguiente comida. Es fundamental que nuestros platos estén compuestos por opciones saludables (proteína, vegetales, grasas buenas y cereales integrales)
Evitar picar entre horas
Realizando las cinco comidas que hemos mencionado en el punto anterior evitamos el temible picoteo entre horas. Muchas veces, picar está más relacionado con el hambre emocional que con el hambre real. Por tanto, saber que estamos saciados nos ayudará a saber identificar estas falsas señales y frenarnos los pies antes de asaltar la despensa.
Beber 1,5 ó 2 litros de agua
Mantenerse hidratado durante todo el día es muy importante. Beber agua es un gran aliado para calmar el apetito ya que muchas veces se confunden las señales de hambre y sed. Además, reduce la ingesta de calorías vacías provenientes de refrescos u otras bebidas azucaradas (zumos, batidos, etc.,). Si al principio no estás acostumbrado puedes optar por tomar infusiones o té.
Controlar el consumo de bebidas alcohólicas
Beber alcohol en exceso puede provocar el aumento de triglicéridos en la sangre y desembocar en un ataque cardíaco u otras afecciones graves. Además, las bebidas alcohólicas contienen una gran cantidad de azúcares añadidos. Por tanto, no se recomienda su consumo diario.
Planificar tu menú de forma semanal
Planificar con antelación las diferentes comidas de la semana es una práctica fantástica para llevar un control de la alimentación. Dedicar tiempo a pensar las combinaciones de alimentos permite crear platos más elaborados y atractivos para el paladar, evitando tener que optar por opciones preparadas nada saludables.
Evitar el exceso de sal en las comidas
La sal es la encargada de darle el toque de sabor a tus comidas. Sin embargo, muchos pecan de un consumo excesivo y esto puede ser contraproducente para tu salud. Por eso, te recomendamos sustituirla por especias (pimienta, orégano, comino, jengibre), plantas aromáticas o vinagretas caseras.
Evitar las grasas saturadas, azúcares y harinas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es primordial reducir el consumo de azúcar libre entre el 10% y 5% de la ingesta calórica total. Así pues, además de eliminar bollería, mermeladas o dulces, es importante prestar atención al etiquetado de los alimentos ya que muchos llevan más azúcar añadido de lo que imaginamos. Por otro lado, el consumo excesivo de grasas saturadas y harinas refinadas también es perjudicial para la salud. Por eso, para mantener un peso y alimentación saludable, es mejor eliminar de nuestra lista de la compra los productos ultraprocesados.
Di no a la comida rápida y procesada
Puede que a muchos se les haga la boca agua pensando en hamburguesas, patatas fritas, pizza…Sin embargo, es importante saber que la materia prima con la se elaboran estos platos en los restaurantes de comida rápida no es de calidad. La mayoría se fríen en aceites hidrogenados y están repletos de grasas trans. Por tanto, si quieres darte un capricho es mejor prepararlo de manera casera, con ingredientes mínimamente procesados.
Por último queremos recordar que únicamente cuidar la alimentación no es suficiente para llevar un estilo de vida saludable. Los buenos hábitos en la cocina deben ir acompañados de ejercicio físico y el descanso adecuado.
Si necesitas ayuda para mejorar tu alimentación pueden contar con nosotros. En Clínica Londres contamos con un equipo de médicos y nutricionistas dispuestos a acompañarte en el camino hacia el bienestar. No dudes en visitarnos y te informaremos de todos nuestros tratamientos disponibles.